Prácticas restaurativas en colegios: impacto en una sana convivencia
Actualmente, uno de los mayores retos que presentan los centros educativos del país es la intolerancia. La implementación de prácticas restaurativas en las escuelas es crucial para abordar este desafío. Según cifras de Unicef, la tasa de adolescentes entre 13 y 15 años que ha presentado este tipo de conflictos varía entre el 7% y el 74%, dependiendo de la ubicación del menor en el territorio.
Además, la ONG Bullying sin Fronteras registró que en Colombia 7 de cada 10 estudiantes enfrenta situaciones de violencia escolar. Por eso, es importante que en las escuelas del país se desarrollen enfoques restaurativos, como un complemento a la formación, que permitan mejorar la convivencia, afrontando las situaciones a través del diálogo y el trabajo constructivo.
María Fernanda Girón Reyes, directora general de Cañaverales International School, menciona que este enfoque “tiene sus desafíos, pero es un camino pertinente, en particular cuando esto se trata de cambiar las estructuras que socialmente hemos construido para abordar los conflictos y diferencias”, aun así se busca que se puedan estrechar vínculos, efectuar procesos más incluyentes y aprender a abordar las distintas situaciones complementando el manejo disciplinario, más allá de hacer cumplir una norma.
Con este objetivo, Cañaverales International School, destaca que las prácticas restaurativas son las acciones realizadas por un grupo de personas que buscan relacionarse con el fin de mejorar la convivencia por medio del diálogo, un enfoque que desde el 2021 ha permitido que docentes y padres de familia del Colegio sean capacitados en acciones que permitan tener las herramientas o los recursos necesarios para implementar en su entorno.
Dentro de estas acciones están los círculos de paz, espacios en los que se permite la participación de diferentes miembros de la comunidad, quienes expresan cómo se sienten y sus preocupaciones, en los que se promueve una comunicación transparente por parte de cada miembro de la institución, basándose en las necesidades que presentan e involucrando a sus familias, para que a partir de este nuevo enfoque, se permita mejorar la convivencia y propiciar entornos cada vez más sanos.
Sobre estas prácticas, Samuel Blanco Díaz, docente de liderazgo de Cañaverales International School afirma que “en el contexto escolar, existe una comunidad diversa en donde no todos los estilos de familia son iguales, no se habla de la misma forma o se tienen creencias semejantes, pero sí la necesidad de socializar y de estar en un entorno tranquilo” estableciendo objetivos que pueden ser diferentes en cada institución donde se están implementando para la construcción de un entorno seguro con buenas prácticas que fomenten el respeto; por eso, desde Cañaverales se tienen los siguientes objetivos:
- Fortalecimiento de las relaciones, a través de la creación de vínculos entre los miembros de la comunidad y su restauración por medio de una comunicación asertiva entre las personas.
- Gestión de conflictos desde la no violencia, buscando alternativas que permitan la resolución de los problemas y utilizando espacios para poderlos abordar de forma positiva.
- Formación de una cultura de paz en los entornos escolares para que se puedan generar buenas prácticas, por medio de espacios que modifiquen la cultura del castigo, por una donde permita que las personas puedan comunicarse de forma empática y efectiva.
La adopción de estos enfoques ha permitido el fortalecimiento del liderazgo de los componentes de la institución, desde sus intereses; entendiendo que los valores de respeto, honestidad y responsabilidad, tienen definiciones diferentes para cada ser.
Por ello, Blanco menciona que “las prácticas restaurativas no implican que se genere algún tipo de injusticia, sino que exista una consecuencia a una acción, pero visibilizando la conciencia social que la persona que comparte su tiempo con los demás”, para crear espacios de diálogo que reduzcan la brecha de poder, involucrándose en la toma de decisiones o en la resolución de los conflictos de forma participativa, generando mejores vínculos entre la comunidad, a diferencia del enfoque punitivo tradicional que busca castigar el error de una forma “acorde” a la falta, al considerarse justo.
Estas herramientas tienen el poder de generar ciertos cambios en los colegios, no solo en su cultura, sino también, se pueden abordar los problemas cambiando la forma de interacción social, que implica generar nuevas normas de convivencia o acuerdos que permitan mejorar los vínculos entre la comunidad educativa, siendo importante que en caso de haber algún conflicto, los estudiantes puedan contar con la intervención del colegio, para que pueda analizar lo que sucedió y actuar como un mediador confiable.
Wilson Lavacude Parra, facilitador de Human Partner y aliado del proceso de acompañamiento de este enfoque para Cañaverales International School, menciona que “existe la necesidad de generar los acuerdos, normas y formas que permitan mejorar la convivencia y buscar mejorar las interacciones sociales en la búsqueda de resolver un conflicto con un diálogo constructivo, en un entorno de paz”.
Se espera que las prácticas restaurativas tengan un papel más importante en los colegios, en el que cada miembro debe conocer y adoptar este enfoque, buscando mejorar su entorno, a través de relaciones que le permitan enfrentar las dificultades de la mejor forma.
Por último, en los colegios se empieza a entender la importancia de estas prácticas restaurativas, ya que son otras alternativas a la formación tradicional, que permiten mediar en la vida comunitaria, por eso, algunas instituciones han buscado adoptar estos enfoques a su entorno para promover una comunicación asertiva, donde exista una conciencia social y responsabilidad frente a las interacciones entre sus miembros, con experiencias más profundas en las que participan estudiantes, profesores, padres de familia, entre otros, para fortalecer sus relaciones y logrando que a través del diálogo se generen procesos de paz.
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