El pensamiento mágico de nuestros niños es la mejor excusa pedagógica para desarrollar su creatividad y hacer conexiones. Evidencia de esto son nuestros niños de Kínder A, quienes se preguntaban ¿En Cañaverales Hay Cocodrilos?

Este planteamiento propuesto por ellos, dio paso a una serie de provocaciones por parte de su maestra, quien no les dio respuestas, sino muchas más preguntas y provocaciones… como la aparición de un huevo de réptil en su salón, la silueta de un cocodrilo para colorear en grupo y la invitación a que dibujaran cómo se imaginaban ellos al cocodrilo que se ocultaba en las aguas del riachuelo del Colegio.

Todas estas experiencias les permitieron responder a sus preguntas: qué le gusta a su cocodrilo, qué no le gusta, lo que le asusta, lo que le alegra; respuestas que describen sus propias emociones, fortaleciendo su identidad y la de sus compañeros para crear una comunidad con características únicas.

Esta última es justamente la idea central de la unidad de indagación del primer periodo Together We Create a Better World, en la que al final los niños comprenden que los seres vivos nos organizamos en comunidades por nuestros propios beneficios.

En Cañaverales sabemos que los niños tienen una voz, un conocimiento previo y experiencias que aportan en el desarrollo de habilidades, conceptos y acciones.